Dicen,
quienes creen en las leyendas, que el año que murió Galileo,
los dioses decidieron conceder una tregua a los hombres. Pensaron que
había llegado la hora de dejar de confundirlos y de elegir, entre
todos los mortales, a uno que fuera capaz de ver y explicar el orden
absoluto que existe tras el engañoso caos del Universo.
En
1642, Inglaterra se regía aún por el calendario juliano y, según
ese calendario, el día de Navidad nacía Isaac Newton, uno de
los más grandes genios que la humanidad ha concebido. Antes de él,
se creía que el cielo y la Tierra estaban gobernados por leyes
distintas. Fue Newton, con su extraordinario ingenio, quien unificó
el Cosmos bajo las mismas leyes físicas.
Cuentan
que la inspiración le vino al ver caer una manzana de un árbol
frente a la casa de su madre. Sea o no verdad, la humanidad ha visto
caer manzanas desde el principio de los tiempos pero nadie, hasta él,
tuvo la visión genial de unir, en una misma ley, a la manzana que
cae, a la Luna que gira alrededor de la Tierra, a cada planeta y a
cada estrella del Cosmos.Más información
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